martes, 23 de septiembre de 2025

Acetaminofén, Autismo y la Distorsión del Debate Público. Comunicado Científico-Médico.

Las dudas generadas por la reciente conferencia política no provienen de la ciencia, que sí tiene amplio y robusto consenso.



Las declaraciones del Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., y del presidente Donald Trump, presentando al acetaminofén como causa directa del autismo, han creado alarma social y reforzado temores en mujeres embarazadas y familias con hijos autistas. Sin embargo, es imprescindible diferenciar entre la controversia política y mediática y el consenso científico-médico.

  1. La controversia política y mediática se ha caracterizado por el uso de lenguaje alarmista (“no tomen Tylenol”, “epidemia de autismo”), la confusión deliberada entre asociación y causalidad, y la manipulación de revisiones sistemáticas con limitaciones metodológicas conocidas.
  2. El consenso científico y médico permanece sólido, sustentado en décadas de estudios de alta calidad, revisiones internacionales y declaraciones de las principales sociedades médicas y agencias reguladoras. Dicho consenso establece de manera clara que no existe evidencia concluyente de un vínculo causal entre el acetaminofén y el autismo. Por el contrario, los riesgos de no tratar fiebre y dolor en el embarazo —complicaciones graves como aborto espontáneo, parto prematuro o malformaciones fetales— son mucho mayores que los riesgos hipotéticos e indemostrados del fármaco.

Los estudios poblacionales más recientes y metodológicamente rigurosos, incluyendo cohortes nacionales en Suecia y Japón con análisis entre hermanos, demuestran que las asociaciones reportadas en investigaciones previas desaparecen al controlar factores de confusión como genética, comorbilidades maternas y condiciones socioambientales.

En consecuencia, lo que realmente está en juego no es la ciencia —que muestra un consenso robusto y consistente— sino la confianza pública en las instituciones de salud y la comunicación del riesgo. El papel de la comunidad científica es y debe seguir siendo el de aclarar, contextualizar y comunicar con transparencia, evitando que la población tome decisiones basadas en el miedo o en mensajes distorsionados, y garantizando que estas se fundamenten en la mejor evidencia disponible.

La realidad científica

  • No existe toxina única ni epidemia biológica. El aumento en los diagnósticos refleja principalmente la ampliación de criterios clínicos, mayor conciencia y mejor detección.
  • El autismo es multifactorial, poligénico y complejo. La genética representa el factor predominante, con un componente ambiental pequeño, heterogéneo y difícil de medir.
  • El error fundamental es la falacia post hoc. Confundir correlaciones recientes con causas universales es una simplificación peligrosa e incompatible con la complejidad neurobiológica del TEA.

La prioridad sanitaria

No se trata de cazar culpables mediáticos ni de sembrar miedo, sino de sostener investigación rigurosa, reproducible y transparente, y de financiar apoyos e intervenciones que mejoran la calidad de vida de las personas con autismo y sus familias.

La exigencia ciudadana

La sociedad no puede permitirse que políticas públicas, diagnósticos o intervenciones se basen en estudios de los que no se conocen datos, metodologías ni análisis reproducibles. La respuesta ética, científica y ciudadana debe ser unánime: “muestren los datos”.

La transparencia en la investigación biomédica no es solo un deber científico, es un derecho de las personas y una exigencia de salud pública. En condiciones que impactan la vida social y la dignidad —como el trastorno del espectro autista— la verdad científica no admite atajos políticos.

 En lo adelante entro en detalles aclaratorios sobre algunos planteamientos durante una entrevita del periodista Juan Manuel Cao Live. pueden ver la entrevista completa aquí: Cao entrevista a un médico de renombre.



La ciencia no está en duda, la comunicación sí:

1) “El Tylenol (acetaminofén) es un antiinflamatorio y es el analgésico preferido en el embarazo”

  • Corrección farmacológica: el acetaminofén (paracetamol) es analgésico–antipirético, con actividad antiinflamatoria periférica mínima o nula. Su acción es central (inhibición COX en SNC; modulación serotoninérgica descendente; metabolito AM404 con acción endocannabinoide/TRPV1). No es un AINE (Antiinflamatorio no esteroideo).
  • Embarazo: sí, sigue siendo el fármaco de primera elección cuando hay indicación clínica (fiebre/dolor), a la dosis mínima y el menor tiempo, porque las alternativas (AINEs) tienen riesgos fetales a partir de ~20 semanas (oligoamnios, disfunción renal fetal y, más tarde, constricción del ductus).
    Conclusión: correcto que es el preferido en embarazo cuando está indicado; incorrecto llamarlo “antiinflamatorio”.

2) “La FDA va a advertir del acetaminofén en embarazo por riesgo de autismo; hay que evitarlo”

  • Qué significa una advertencia FDA de ‘posible asociación’: No es una declaración de causalidad ni una prohibición. Es una señal de incertidumbre para uso juicioso. Lo que cambió en la FDA fue el marco de etiquetado: desde 2015, el PLLR eliminó las letras de embarazo (A/B/…) y exige narrativas de riesgo más completas.
  • Evidencia de mayor calidad: las grandes cohortes con comparación entre hermanos (p. ej., Suecia, ~2,4–2,5 millones; Japón >200.000) no encontraron aumento de TEA cuando se controlan genética y ambiente familiar. En análisis crudos hubo diferencias muy pequeñas (p. ej., 1,42% vs 1,33%), que desaparecen intra-familia: típico de confusión por indicación (fiebre/infección/dolor) y factores familiares.
  • Salud pública: decir “no lo tomes” perjudica: embarazadas con fiebre y dolor se quedarían sin tratamiento; los AINEs tienen peor perfil en 2º–3º trimestre; y no tratar la fiebre es un riesgo conocido para el feto.

Conclusión: la etiqueta propone prudencia, no abstinencia absoluta.

  • ACOG (2025) reafirma: el acetaminofén juega un papel importante y seguro en el bienestar de embarazadas cuando se usa juiciosamente. OMS/EMA (2025): la evidencia que lo vincula con autismo es inconsistente.

 


3) “Si no hay Tylenol, ¿qué se hace con fiebre/dolor en el embarazo?”

Hechos MBE

  • No tratar la fiebre materna comporta riesgo fetal; por eso no es aceptable el consejo “aguanta el dolor”. ACOG
  • Los AINEs (ibuprofeno, naproxeno, etc.) se evitan desde las 20 semanas por riesgo de disfunción renal fetal/oligoamnios y ductus arterioso en el tercer trimestre (seguridad inferior a APAP).

 

4) “En adultos casi no hay peligro (salvo mezclarlo con alcohol)”

  • Hepatotoxicidad real: a dosis >3–4 g/día o por sobredosis aguda / “sobredosis repetida no intencional”, el metabolito NAPQI agota glutatión y produce necrosis hepática (el APAP es la causa más frecuente de fallo hepático agudo en muchos países). Riesgos aumentan con alcohol, desnutrición, hepatopatía y combinaciones de productos con APAP. Antídoto: N-acetilcisteína. Es causa líder de fallo hepático agudo; Evitar alcohol y duplicidad de presentaciones.

Conclusión: seguro a dosis terapéuticas, no inocuo.

 


5) “Funciona mejor que antiinflamatorios; es un antiinflamatorio”

  • Mecanismo y latencia: el inicio de acción puede ser rápido para fiebre/dolor leve-moderado; eso no lo convierte en AINE. Su mecanismo es central; su capacidad antiinflamatoria periférica es sumamente escasa.

Conclusión: eficacia analgésica/antipirética ≠ antiinflamatorio periférico.


6) “En embarazo te mandan Tylenol ‘cada 4 horas’ si duele”

  • Práctica correcta: no pautar “cada X horas” por sistema; solo si hay indicación, a demanda, con dosis mínima y duración corta. Evitar uso crónico. Tratar fiebre y dolor solo clínicamente significativos.

Conclusión: evitar cronificar; individualizar.


7) “Estamos expuestos a muchas químicas; el Tylenol puede afectar el desarrollo neurológico fetal”

  • Fisiopatología plausible ≠ causalidad: el APAP genera NAPQI (pro-oxidante) neutralizado por glutatión; hipótesis de estrés oxidativo y vulnerabilidad fetal existen, pero clínicamente los efectos —si existen— son pequeños y difíciles de separar de fiebre/infección/dolor (confusión por indicación).
  • Magnitudes reales: los incrementos de riesgo absoluto reportados son muy bajos y no se sostienen en diseños robustos (entre hermanos).

Conclusión: hipótesis biológicas (en discusión científica) ≠ prueba de daño clínico relevante.


8) “No le des Tylenol al bebé después de nacer”

  • Pediatría basada en evidencia: el acetaminofén es el antipirético/analgésico de elección en lactantes (dosificación por peso; no en <2–3 meses sin valoración). Ibuprofeno a partir de 6 meses. Aspirina contraindicada por ocurrencia del síndrome de Reye.
  • Matiz: no se recomienda profilaxis rutinaria pre/postvacuna con APAP (puede atenuar la respuesta inmunitaria); usar si hay fiebre o dolor clínicamente relevantes.
    Conclusión: prohibirlo en bebés es incorrecto; usarlo bien es seguro y estándar.

 


9) “Leucovorina (folínico) es tratamiento del autismo”

  • Lo que sí sabemos: en subgrupos con deficiencia de folato cerebral/anticuerpos anti-receptor de folato (FRAA+), pequeños ECA han mostrado mejoras modestas (p. ej., lenguaje). Prometedor para ese fenotipo, no “cura del autismo”.
  • Lo que no es: no es un “tratamiento del TEA” universal. Requiere fenotipado/biomarcadores (FRAA, 5-MTHF en LCR) y evidencia más grande (fase III multicéntrica). Folinato (leucovorina) ≠ ácido fólico; indicaciones y farmacocinética difieren.
  • Revisiones y metaanálisis subrayan la baja certeza global y piden ensayos multicéntricos; si la FDA adopta etiquetado para Cerebral Folate Deficiency, seguiría siendo indicación específica, no TEA en general.
  • Conclusión: prometedor en subtipo; no “cura” del TEA.

 

10) “El autismo está más cerca de la psicología que de la medicina; un psicólogo te lo ‘pone’”

  • El TEA es neurobiológico: el TEA es un trastorno del neurodesarrollo con heredabilidad alta (~70–90%), con convergencia en cientos de genes implicados (sinapsis: SHANK3, CNTNAP2; remodelación de la cromatina: CHD8, ARID1B), y hallazgos en neuroimagen, electrofisiología y modelos celulares/animales lo confirman.
  • Diagnóstico sigue siendo clínico (DSM-5-TR) con instrumentos estandarizados (ADOS-2, ADI-R), en equipos multidisciplinares. Reducirlo a “lo que diga un psicólogo” es erróneo y estigmatizante.
  • Conclusión: el TEA es médico–neurobiológico, con evaluación clínica rigurosa.

 


11) “La rueda de prensa no mostró datos; ACOG criticó”

  • De acuerdo: políticas deben apoyarse en ensayos/datos robustos. El consenso clínico sigue favoreciendo APAP juicioso en embarazo.

12) “La epidemia de autismo creció con el calendario vacunal; el problema son mercurio/aluminio; mejor espaciar y dar menos”

  • No hay vínculo causal entre vacunas y autismo. Grandes cohortes (Dinamarca, n≈657.000) y múltiples revisiones sistemáticas lo demuestran; IOM/NAM, CDC, OMS lo sostienen.
  • Timerosal (etilmercurio) se retiró de vacunas infantiles de rutina en EE. UU. desde 2001 (salvo algunas multidosis de influenza) y las tasas de TEA siguieron aumentando por cambios diagnósticos/cribado, no por vacunas.
  • Aluminio: las dosis de adyuvantes en vacunas son bajas, con farmacocinética conocida; sin evidencia de neurotoxicidad a dosis vacunales.
  • “Espaciar” o dar “una por una” no reduce autismo ni EA y aumenta la ventana de susceptibilidad a infecciones graves; el calendario ACIP/AAP está diseñado y probado como seguro y eficaz.  
  • Hepatitis B al nacer: es estrategia de salud pública crucial (riesgo perinatal, estado materno desconocido, exposición intrafamiliar). Retrasarla eleva casos prevenibles.
  • Testimonios post-vacuna: sesgo temporal (inicio/regresión del TEA suele ocurrir en edades que coinciden con vacunaciones). “Después de” ≠ “por”.
    Conclusión: el paquete vacunal no causa TEA; modificarlo daña.

 


8) “La hepatitis B al nacer es innecesaria; mejor darla más tarde”

  • La dosis al nacimiento es un salvavidas: protege cuando el estado materno es desconocido o mal documentado, y frente a exposición intrafamiliar. Es una política que redujo drásticamente Hep B pediátrica en EE. UU. Retrasarla eleva el sustancialmente el riesgo.

9) “Aspirina ‘licúa la sangre’ en niños, antiplaquetario… (insinuando uso amplio)”

  • Precisión: la aspirina es antiplaquetaria (no “anticoagulante” en sentido técnico). En niños con gripe/varicela, aspirina aumenta riesgo de síndrome de Reye; por eso se contraindica en población pediátrica para fiebre/dolor.
  •  En adultos, prevención primaria muy restringida por riesgo de hemorragia; en prevención secundaria (p. ej., tras stent) sí se usa según guías.

 


10) “Hay una ‘epidemia’ de autismo que exige una guerra y una causa única”

 

  • El aumento de prevalencia se explica en gran medida por diagnóstico más amplio (DSM-5), mayor cribado y conciencia. TEA es multifactorial (genética predominante + ambiente), no una entidad explicable por una molécula (APAP, vacunas, etc.).
  • Lenguaje y política sanitaria: “epidemia” es un término técnico (incremento rápido, inesperado, típicamente infeccioso). En TEA lo que crece es la prevalencia administrativa por criterios y cribado. El lenguaje belicista que desplaza recursos de lo que mejora resultados: detección e intervención tempranas, apoyos educativos, salud mental comórbida, transición a la adultez, empleo y vivienda con apoyos.
    Conclusión: enfoque en servicios y apoyos + investigación seria (no chivos expiatorios).

14) “La ciencia cambia; abrir el debate es interesante”

  • Sí, pero… las revisiones sistemáticas, cohortes con controles familiares y metodología robusta ya responden a gran parte del debate: no hay señal causal para APAP-TEA; sí hay daño si se desaconseja indiscriminadamente tratar fiebre/dolor en embarazo. Debatirlegitimar recomendaciones contrarias a la evidencia.

 


Conclusión clínica y de salud pública

  1. Para embarazo: acetaminofén sigue siendo la opción preferida para fiebre/dolor cuando está indicado, a dosis mínima y tiempo mínimo, tras asesoramiento médico. No hay evidencia causal de TEA; sí la hay contra AINEs a partir de 20 sem. y contra dejar fiebre sin tratar.  
  2. Leucovorina: considerar solo en subgrupos (p. ej., FRAA+/CFD), con diagnóstico adecuado; no es un tratamiento general del TEA.  
  3. Vacunas: sostener el calendario recomendado; espaciar o demorar no previene TEA y aumenta riesgos infecciosos.  
  4. Comunicación: Evitar el dogma del chivo expiatorio; la Medicina Basada en la Evidencia científica requiere cohortes robustas, controles familiares, biomarcadores y replicación, no ruedas de prensa.

Bibliografía esencial (selección)

Ahlqvist, V. H., Sjöqvist, H., Dalman, C., Karlsson, H., Gissler, M., Magnusson, C., & Leval, A. (2024). Acetaminophen use during pregnancy and children's risk of autism, ADHD, and intellectual disability. JAMA, 331(12), 1036–1046. https://doi.org/10.1001/jama.2024.1975

American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG). (2021). Committee Opinion No. 747: Management of acute and recurrent genital herpes in pregnancy. (Reafirmado en 2023).

Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2023). Autism and Developmental Disabilities Monitoring (ADDM) Network. En Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR) Surveillance Summaries, 72(SS-2), 1–14. https://doi.org/10.15585/mmwr.ss7202a1

Frye, R. E., Slattery, J., Delhey, L., Furgerson, B., Strickland, T., Tippett, M., Sailey, A., Adams, J., & Rose, S. (2018). Folinic acid improves verbal communication in children with autism and language impairment: A randomized double-blind placebo-controlled trial. Molecular Psychiatry, 23(2), 247–256. https://doi.org/10.1038/mp.2016.168

Gerriets, V., Anderson, J., & Nappe, T. (2024). Acetaminophen. En StatPearls. StatPearls Publishing. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK482384/

Grove, J., Ripke, S., Als, T. D., Mattheisen, M., Walters, R. K., Won, H., Pallesen, J., Agerbo, E., Andreassen, O. A., Anney, R., & Børglum, A. D. (2019). Identification of common genetic risk variants for autism spectrum disorder. Nature Genetics, 51(3), 431–444. https://doi.org/10.1038/s41588-019-0344-8

Hviid, A., Hansen, J. V., Frisch, M., & Melbye, M. (2019). Measles, mumps, rubella vaccination and autism: A nationwide cohort study. Annals of Internal Medicine, 170(8), 513–520. https://doi.org/10.7326/M18-2101

Institute of Medicine. (2012). Adverse effects of vaccines: Evidence and causality. National Academies Press.

Ji, Y., Azuine, R. E., Zhang, Y., Hou, W., Hong, X., Wang, G., Riley, A., Pearson, C., Zuckerman, B., & Wang, X. (2020). Association of cord plasma biomarkers of in utero acetaminophen exposure with risk of attention-deficit/hyperactivity disorder and autism spectrum disorder in childhood. JAMA Psychiatry, 77(2), 180–189. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2019.3259

Madsen, K. M., Hviid, A., Vestergaard, M., Schendel, D., Wohlfahrt, J., Thorsen, P., Olsen, J., & Melbye, M. (2002). A population-based study of measles, mumps, and rubella vaccination and autism. The New England Journal of Medicine, 347(19), 1477–1482. https://doi.org/10.1056/NEJMoa021134

Sandin, S., Lichtenstein, P., Kuja-Halkola, R., Hultman, C., Larsson, H., & Reichenberg, A. (2017). The familial risk and heritability of autism spectrum disorder. JAMA, 318(12), 1182–1184. https://doi.org/10.1001/jama.2017.12141

Satterstrom, F. K., Kosmicki, J. A., Wang, J., Breen, M. S., De Rubeis, S., An, J. Y., Peng, M., Collins, R., Grove, J., Klei, L., & Børglum, A. D. (2020). Large-scale exome sequencing study implicates both developmental and functional changes in the neurobiology of autism. Cell, 180(3), 568–584.e23. https://doi.org/10.1016/j.cell.2019.12.036

U.S. Food and Drug Administration (FDA). (2014). Content and format of labeling for human prescription drug and biological products; requirements for pregnancy and lactation labeling. Federal Register, 79(233), 72063–72103. https://www.govinfo.gov/content/pkg/FR-2014-12-04/pdf/2014-28241.pdf

U.S. Food and Drug Administration (FDA). (2020, Octubre 15). FDA warns that using a type of pain and fever medicine in second half of pregnancy could lead to complications [Comunicado de seguridad de medicamentos]. https://www.fda.gov/drugs/drug-safety-and-availability/fda-recommends-avoiding-use-nsaids-pregnancy-20-weeks-or-later-because-they-can-result-low-amniotic

Weng, M. K., Doshani, M., Khan, M. A., L. Moore, K., Zheteyeva, Y. A., & Schillie, S. (2023). Prevention of hepatitis B virus infection in the United States: Recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices. En Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR) Recommendations and Reports, 72(RR-1), 1–41. http://dx.doi.org/10.15585/mmwr.rr7201a1

 

 

 

Acetaminofén, Autismo y la Distorsión del Debate Público. Comunicado Científico-Médico.

Las dudas generadas por la reciente conferencia política no provienen de la ciencia, que sí tiene amplio y robusto consenso. Las declaraci...